martes, 13 de diciembre de 2011

VIVENCIAS EN UN BUS . NOVELA CORTA ( XIV )

Pero muchos de los valencianos ausentes no se conforman con vivir la fiesta a distancia y, por ello, grupos de paisanos nuestros participan directamente todos los años en los actos de la semana fallera en Valencia, viajando desde sus alejados lugares de residencia a través de los llamados Barco o Avión Fallero, siempre calurosamente acogidos por el pueblo valenciano y agasajados por las Administraciones autonómica y municipal. Se trata de unas expediciones realmente emotivas, ya que no pocos de estos emigrantes tienen así la oportunidad de reencontrarse con su añorado terruño después de largas décadas de expatriación.

  Pero volvamos a nuestro relato si todavía tienen ganas de leer.

  El sol sigue quemando la piel. En la siguiente parada, veo a Xander, que acompaña a su dueño en busca de un asiento; detrás, Cristina y Solecito, felices como nunca, suben también al coche. Les sigue Ana Nelys, quien, no sé si por instinto, o porque ha oído hablar a Don Blas, corre a su lado y se sienta en el sitio vacante para darle un poco de plática y un mucho de ánimo a este hombre taciturno.

 Xeby saca un objeto de su bolsillo y se lo da a la niña, diciéndole:
  --¡Toma, mochuela, éste es tu regalo de cumpleaños, a ver si ahora lo vas a romper inmediatamente!
  La mayoría de los viajeros felicitamos a la niña, que, orgullosa, nos dice que ha cumplido ya seis añitos y que el próximo año hará la primera comunión. Cristina suelta una carcajada, y le dice que no corra tanto, porque para hacer la comunión todavía le faltan por lo menos dos años. Mientras le besamos y tiramos de las orejitas, la niña rompe nerviosa un paquetito donde va bien guardado un estuche, lo abre y aparece una sorprendente p s p, una máquina con la que hoy los niños pueden jugar al videojuego, ver películas sin moverse del lugar donde estén, y no sé cuántas maravillas más. La niña da un brinco y se abalanza a Xeby llorando y riendo al mismo tiempo:
   --¡Papi, mi papi, ¿cómo sabías tú que yo quería la p s p, dime, cómo lo sabías?! ¡eres un guapo, eres un sol, te quiero muuuuuuuuuchísimo, mua, mua!
  Eusebio la abraza lleno de emoción y de ternura, y  sin poder contener la risa, le dice bajito:
  --¡Verás la que me va a echar mamá ahora!
  Efectivamente, cristina, frunciendo el ceño en apariencia, pero a la vez llena de amor y gratitud también, mira a Xeby muy seria:
  --¡Esto no puede ser, sabes que es muy pequeña y está en pleno estudio, y ahora con la maquinita, ¿qué?
  --No me riñas, cariño. Todos los niños disfrutan de un cacharro de éstos y ella también tiene derecho. Si tú la controlas bien y se la das cuando no tenga nada que hacer, la niña sabrá compaginar juego con estudios. NO me riñas, por favor, no te enfades.
  Se estrechan largamente en un abrazo interminable, que a la vez une sus labios en un beso cuyo significado es el amor de una pareja enamorada y feliz.

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