domingo, 12 de agosto de 2018

CON APOYO NO HAY BARRERAS.

Hoy, 11 de Agosto de 2018, la Organización de senderismo Cuencleta, ha hecho su última marcha a pie de la temporada en Jábaga. 

Y yo, por segundo año consecutivo, me he apuntado a ella. hemos partido desde casa hacia el merendero casi todos en vehículos pero también los ha habido 
más valientes que han hecho todo el trayecto a pie. desde el merendero, todos andando a buen paso, pero haciendo varias paradas explicativas y 
de descanso, hemos logrado llegar hasta la Torreta de incendios. Y tras una larga e interesante explicación sobre flora, fauna e historia del 
entorno, hemos dado marcha atrás pero por distintos caminos, desembocando de nuevo en el merendero y de allí de nuevo en vehículos, hasta la fábrica de

chocolate donde se nos ha obsequiado con un buen 
puñado de bombones fabricados ahí, y se nos ha explicado todo el proceso de elaboración.


A la llegada y antes de ponernos en marcha a las 8,30 de la mañana, Cuencleta nos ha recibido con sendas botellas de bebidas y barritas de cereales para prevenir desmayos. También se nos ha dado un pequeño obsequio a todos. Hemos sido más de setenta los participantes en esta marcha por los caminos y la historia de la provincia.


He sido la única persona que no veo nada y que oigo mal, pero esto no me ha impedido disfrutar de cada uno de los momentos de la marcha, porque como digo, con apoyo no hay barreras. Acompañada de mi hermana y cuñado, varios primos, vecinos del pueblo, y de los organizadores, he subido por pendientes bastante majas, pisando rastrojo fruto de los restos de la mies ya segada. Me he enterado de todas las explicaciones que han dado porque mi hermana siempre ha ido buscando a los guías y poniéndome lo más cerca posible de ellos...


Como colofón a la marcha se nos ha dado a degustar

una exquisita caldereta en el bar del complejo polideportivo, donde muchos participantes, tras la comida, se han sumergido en la piscina, yo ya no he sido tan valiente debido a que tendría que prescindir de mis implantes cocleares mientras estaba en el agua, lo que no me hace gracia alguna porque me quedo en silencio total.

Ha sido una experiencia más vivida por mí en la que se ha demostrado que teniendo fuerza de voluntad y apoyo humano, se vencen todas las barreras que se nos crucen en el camino.


Gracias a Cuencleta por aceptarme; a mi familia entera por apoyarme, a Luis Javier Chamón por sus explicaciones sobre la historia de nuestro pueblo desde siglos atrás hasta ahora, a Emilio Guadalajara por su excelente lección de naturaleza. Y gracias a la Naturaleza misma por regalarnos un día "propicio al cien por cien  para esta marcha", ya que nos ha ocultado mucho el sol y nos ha traído viento fresco hasta la hora de la comida donde ya el sol, ha querido participar de la caldereta y desde luego se ha portado como lo que es: un astro lleno de fuego.¡El año que viene..... más!

domingo, 5 de agosto de 2018

Ayer fue un día lleno de emociones fuertes para mí.



Algunos dirán: ¿y a mí, qué me cuentas? Vale, pero otros tantos convendrán conmigo en que esto no se vive todos los días, y cuando sucede merece ser contado o compartido.

Por una parte, ayer hizo un año que me conectaron mi segundo implante coclear. Y aunque los resultados no van tan deprisa como con el primero, he de seguir dando gracias a Dios, al Doctor Denia y Nadia por
ponerme en las manos del equipo de implantes del hospital madrileño Ramón y Cajal, y a mi hermana que fue la que en ambas ocasiones se tragó todo el marrón del acompañamiento a las pruebas, las noches en el hospital ayudándome, las curas que me las ha hecho ella solita, el rollazo de leerse las instrucciones para poderme explicar el manejo de los aparatos, el sacrificio de quedarse todos en casa mientras yo lo he necesitado...

NO puedo por menos de dar las gracias a todos por haberme posibilitado
el oir mejor.

Y siguiendo con las emociones, ayer disfruté de un día inolvidable de reencuentros con un amigo de mi infancia al que hacía más de cuarenta
años que no veía.

Dicen que los verdaderos amigos son aquellos que están en lo bueno y lo menos bueno, y así es porque este reencuentro se lo debo a otros grandes amigos que, cada uno a su manera, lo han hecho posible. Vicente Parra y Amparo, su mujer, no pararon en
todo un año hasta lograr traer a Jábaga a Suso y su esposa, pues sabían las ganas que yo tenía de verlos y recordar aquellos tiempos tan felices. Y Carlos y Mari Luz, amigos comunes de todos nosotros, nos brindaron su casa, donde comimos, charlamos y reimos durante ocho horas que jamás olvidaré. 

¡Gracias a todos por este regalo tan precioso!

Os quiero.