miércoles, 29 de noviembre de 2023

VISIONES COMPARTIDAS

En el bullicioso corazón urbano, Ana, una joven fotógrafa apasionada por su arte, se encontró con aquella oportunidad que cambiaría su vida y resonaría en los corazones de muchos.

La ciudad estaba adornada con carteles de un

concurso de fotografía bajo el tema "Reflejos de la Vida". Ana, con su cámara en mano y ojos curiosos, decidió participar. En un día soleado, mientras paseaba por las calles empedradas, su lente capturó una imagen que iba más allá de la superficie. En un charco de agua que yacía sobre el pavimento, vio reflejados los rostros sonrientes de niños jugando en un parque cercano.

La fotografía que había tomado era un testimonio visual de la alegría e inocencia que aún perduraban en medio del bullicio urbano. Presentó su obra con el título "Espejos de la Felicidad", y pronto se convirtió en un finalista del concurso. Sin embargo, lo que sucedió a continuación fue mucho más profundo y conmovedor de lo que ella podría haber imaginado.

Un día, mientras recorría la exposición de las obras finalistas, Ana escuchó una voz suave que resonaba detrás de ella. Se volvió para encontrarse con María, una mujer ciega que exploraba las fotografías con sus manos. Ana sintió una oleada de empatía y curiosidad. La mujer le confesó que había perdido la vista en un accidente, pero su amor por el arte visual seguía intacto. Ella también había sentido la belleza de las imágenes a través de los sentidos restantes.

Un lazo nació entre las dos mujeres. María compartió sus experiencias y cómo había aprendido a "ver" de manera diferente, interpretando las descripciones y emociones que las obras evocaban. Ana quedó fascinada por la perspectiva única de María y su capacidad de encontrar significado en lo invisible para la mayoría. Pronto, decidieron colaborar en una serie de fotos que María describiría a través de sus palabras, permitiendo que los que no podían ver compartieran su visión.

La colaboración entre las dos mujeres resonó en el corazón de la ciudad y más allá. Juntas, crearon una exposición llamada "Visiones Compartidas", donde cada imagen iba acompañada de una narración vívida de María. La muestra no solo destacaba la calidad artística de las fotografías, sino que también celebraba la conexión entre dos personas que habían encontrado una manera única de explorar la belleza del mundo.

El ritmo narrativo de su historia se convirtió en una danza armoniosa entre la visión y la descripción, la imagen y la palabra. Las personas que asistieron a la exposición se vieron inmersas en una experiencia sensorial que desafiaba las percepciones convencionales. La coherencia argumental se entrelazaba con cada imagen y narración, formando un mosaico de significados que trascendía las limitaciones físicas.

La exposición también defendía valores fundamentales como la inclusión, empatía y la apertura a nuevas perspectivas. Esa conexión entre Ana y María era un testimonio de cómo la colaboración y comprensión mutua podían romper barreras aparentemente insuperables.
María Jesús Cañamares Muñoz


sábado, 25 de noviembre de 2023

MUJER MODERNA, MUJER AUDAZ.

 OS DEDICO ESTE RELATO A TODAS LAS MUJERES QUE VISITÉIS MI BLOG


En los tumultuosos días de la época modernista, las ciudades bullían con ecos de cambio y creatividad.

Como jardín exótico, emergía la figura enigmática de Aurora Lorraine.

Con la mirada avivada por el fuego de la emancipación, desafiaba los límites impuestos a las mujeres.

Ataviada con vestidos de seda y sombreros exquisitamente emplumados, recorría las calles adoquinadas de París, símbolo viviente de audacia.
Deslumbraba con su atuendo. Sus palabras, como notas de piano en una melodía, trascendían las fronteras de lo convencional. Sus crónicas en
el periódico "L'Éclat" exponían con elegancia las luchas silenciadas de mujeres modernistas. A través de sus escritos, artistas, científicas y pensadoras hallaron una
voz resonante.

Pero, Aurora también desvelaba su alma a través de

lienzos. Como pintora talentosa, capturaba la esencia efímera de la feminidad en pinceladas vibrantes de los retratos. Sus obras celebraban la belleza en todas sus
manifestaciones: desde salones parisinos hasta talleres clandestinos de
mujeres artistas.

Aurora, musa y artista, tejía su legado en la tela de la historia. En tiempos de cambios tumultuosos, su influencia trascendía las páginas de periódicos y galerías de arte. Era una figura que desafiaba las convenciones, encarnando el espíritu audaz de una era en constante transformación.

María Jesús Cañamares Muñoz



martes, 21 de noviembre de 2023

El Defensor de la Esperanza

 Por: Madreselva

 Eduardo era abogado del turno de oficio en una pequeña ciudad. A menudo, se encontró encerrado en casos difíciles, pero uno en particular lo marcó profundamente.

 Una llamada a altas horas de la noche lo despertó.

Era Julia, joven madre que luchaba por la custodia de su hijo. Las lágrimas en su voz eran desgarradoras. Eduardo sabía que debía ayudarla.

Durante semanas, trabajó incansablemente en el caso. Revisó montañas de documentos, interrogó testigos y se enfrentó a un abogado de la parte contraria que no le ponía las cosas fáciles. Sin embargo, estaba decidido a dar lo mejor de sí.

La audiencia final llegó, y el abogado se levantó para argumentar su caso. Habló con seguridad y convicción, defendiendo la causa de Julia con todas sus fuerzas. Al finalizar su discurso, ella lo miró con ojos llenos de gratitud.

Después de un largo proceso, el veredicto llegó. Eduardo ganó el caso. Julia recuperó la custodia de su hijo. La alegría en el rostro de la madre era indescriptible. Eduardo también se sintió victorioso, no por la gloria, sino por haber sido un defensor de la esperanza.

Años después, recibió una carta de agradecimiento de Julia. Le contaba cómo su hijo crecía feliz, y cómo la victoria en el caso cambió sus vidas para siempre. La carta concluía con estas palabras: “Eduardo, fuiste el abogado del turno de oficio que nos devolvió la esperanza. Gracias por creer en nosotros cuando nadie más lo hizo”.

Él guardó esa carta en su escritorio como recordatorio de por qué había elegido ser abogado del turno de oficio. No importaba la falta de reconocimiento público o los premios; lo que realmente importaba era la capacidad de cambiar vidas y ser el defensor de aquellos que más lo necesitaban.

Madreselva es seudónimo de María Jesús.