miércoles, 4 de enero de 2012

VIVENCIAS EN UN BUS . NOVELA CORTA ( XXXV)

Principal problemática del Parque

La principal problemática del Parque Natural de La Albufera, recogida de forma sucinta en el Decreto de Declaración y más extensiva en la documentación elaborada para el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Cuenca Hidrográfica de la Albufera, puede resumirse de la siguiente forma:

-         Contaminación por vertidos de las aguas, así como perturbación del régimen hídrico, principalmente en relación con las surgencias o ullals.

-         Aterramiento del marjal.

-         Presión urbanística sobre el sistema dunar.

-         Presión industrial en el sector norte.

-         Presión cinegética.

-         Disfunciones en zonas periféricas.

-         Impactos debidos a infraestructuras.

-         Excesiva presión turística y recreativa.

Tanto el Decreto de Declaración del Parque como el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Cuenca Hidrográfica de la Albufera y la reciente aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión de la Albufera han paliado en cierta medida algunos de estos problemas, o por lo menos han iniciado las actuaciones para su resolución a corto, medio y largo plazo.


   Tras el parón para la comida, cada uno se fue por un lado a seguir disfrutando de este lindo lugar, mientras que una servidora siguió en el bús hasta nuestro regreso a Valencia.

Pensando en las fiestas navideñas, y en las vacaciones, al llegar a la ciudad, todos nos despedimos dándonos efusivos abrazos y con los deseos típicos de estas fechas: paz, amor y salud para todos.



XI


  La verdad es que ni yo misma me creo que ya lleve aquí un año y siete meses. De Diciembre a Febrero no estuve en este vehículo, ya que era hora de poder tomarme unas minivacaciones y volver con fuerzas renovadas. Pero está claro que el hombre propone, y dios dispone, y tampoco en febrero, ni en los meses sucesivos pude venir a cumplir con ustedes. Las razones eran varias y variopintas, a saber:

Primero, yo cogí una compañía a la que ni mucho menos había llamado pero que se aposentó en mi casa y en mi cuerpo sin previo permiso, y tan a gusto se encontraba en él, que se resistía a salir aunque fuera a  marchas forzadas, de modo que la maldita inquilina, de nombre gripe, me postró en la cama todito el mes de enero sin perdonarme un solo día de atención médica. Cuando la echaron a ivva fuerza de antibióticos, a mí me dejaron más lisa que a una tabla de mármol, sin fuerzas ni siquiera para ponerme una prenda tan indispensable como es el sujetador. Tuve que estar otro mesecito convaleciendo y rabiando por venir a este bús del que me había ya prendado para siempre, o al menos eso creía yo.

De modo que así llegamos a Marzo. Mes revuelto otra vez por los preparativos de las fallas, por las fiestas ruidosas, por la primavera cargada de cambios climatológicos... Pasí Abril, con la semana santa, que dejó al bus hecho un héroe en cuanto a contratos para excursiones y viajes.

Tanto era así, que nosotros, los habituales, tuvimos que suspender varias de las nuestras, ya que otra gente se nos adelantaba para llamar a la empresa y contratar al “bus de l señor  Antonio”, apodo que sin saber de dónde, había adquirido este maravilloso coche.
Toni ya había cogido el volante de nuevo en Mayo, acabado su permiso de excedencia, sus vacaciones, y creo que su paciencia. ¡Estaba guapísimo!, había adelgazado mucho y además parecía mucho más rejuvenecido por la paternidad.

  Pero fue poco lo que nos duró la euforia a todos. Otra de las razones por las que tanto tiempo he estado sin contarles nada de las aventuras del bus, fue la huelga general que se organizó en Junio. Los impuestos subían, el transporte público se puso a un precio imposible. Y a finales de mes y durante una semana, pues no hubo ni buses, ni trenes, ni metros, de modo que hube de fastidiarme y quedarme en casita, echando de menos el cotilleo y la confraternidad reinante en “mi querido bus del señor Antonio”.

A Jaime Sierra le costó buen disgusto dejar su papel de chofer de este coche, ya que al parecer, alguien le rondaba por la cabeza, alguien de los viajeros le tenía muy pensativo la mayor parte del día. YO no quiero ser maleducada ni grosera, pero... Yo diría que la cuidadora de Beto, o sea, Victoria Martín... no sé, no sé.

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