lunes, 30 de julio de 2012

Técnicas de guía vidente para sordociegos (12)

Paso por puertas.

Durante la marcha, es posible tener que cruzar puertas de distinto tipo: puertas más pesadas de entrada de edificios, puertas de habitaciones más fáciles de mover, puertas giratorias, puertas que se abren hacia dentro o hacia fuera, a la derecha o a la izquierda, puertas que se cierren solas o que haya que cerrar. Hay sordciegos que pueden colaborar con el guía y cerrar la puerta; por ejemplo, si tienen resto de visión pueden observar hacia qué lado se abre la puerta y luego situarse junto a esta para cerrarla. Cuando la persona ve poco o es sordociega total, hay situaciones en las que no es práctico que sea el guía quien cierre la puerta, ya que les supone a ambos realizar muchos giros (hacia su espalda y luego recuperar la línea de la marcha). Del mismo modo, pararse cuando se acaba de pasar por la puerta para indicarle en su sistema de comunicación que sea él quien la cierre, no siempre queda claro, pues la persona desconoce el entorno y está desorientada, y tardará en localizar donde está el picaporte. Si se cree conveniente que sea su acompañante quien cierre la puerta, éste puede ayudar a comprender la situación de paso por ellas facilitando el contacto físico de su mano con el marco de la puerta o con el picaporte, según esté situada la persona a uno u otro lado. Aun así, esta información muchas veces resulta insuficiente y es más eficaz dirigir táctilmente la mano del sordociego para que sea él quien cierre la puerta. Al describir a continuación las posibles situaciones, es importante establecer el lugar en el que la persona sordociega se encuentra. Por ello, aunque el marco es algo que rodea a la persona a derecha e izquierda, a continuación utilizaremos «marco» para indicar la parte de este opuesta a las bisagras.

La persona sordociega está situada más próxima a la puerta y esta se abre hacia dentro (hacia ellos): El guía coge el pomo o el picaporte con su mano libre Abre la puerta del todo y sitúa la mano libre de la persona sordociega en el pomo del otro lado de la puerta El guía coloca su brazo en la posición de paso estrecho (o coloca su brazo en el lateral del cuerpo de la persona sordociega y la mueve para situarla detrás). Caminan ambos en paso estrecho hasta traspasar el umbral. La persona sordociega mantiene agarrado el pomo todo el tiempo hasta cerrar la puerta. El guía debe caminar despacio para darle tiempo a la persona guiada a cerrar la puerta.

El guía coloca su brazo (al que se agarra la persona sordociega) en posición de paso estrecho y abre la puerta con su mano libre. El guía gira levemente su cuerpo mientras pasan por el umbral y mantiene sujeto el pomo hasta estar del otro lado, momento en el que la puerta queda completamente abierta. Una vez que han pasado, deja de colocar el brazo en paso estrecho. Con la mano del brazo que guía, coge la mano libre de la persona sordociega, la sitúa en el pomo del otro lado de la puerta y se queda parado para darle tiempo a cerrarla.

El guía puede hacer un cambio de lado antes de llegar a la puerta, para facilitarle que sea la persona sordociega quien la cierre del modo explicado anteriormente.

Otra forma de indicárselo sin que haya un cambio de lado previo es que el guía abra la puerta del todo con su mano libre. Agarra la mano libre de la persona sordociega y la sitúa en el lado exterior del brazo que guía. Después, coloca su brazo en paso estrecho, pasa su mano libre por detrás de su espalda y coge la mano con la que le agarraba la persona sordociega y la sitúa en el picaporte. Caminan lentamente, sin ser ya necesario la posición de paso estrecho, pues la persona guiada estará tras él. El guía hace una pausa para que la persona sordociega cierre la puerta.

Otra forma en que el guía puede indicárselo sin que realice un cambio de lado previo es abrir él la puerta del todo con su mano libre. Agarra la mano libre de la persona sordociega para situarla por el lado exterior del brazo que guía. Después, coloca el brazo en paso estrecho. El guía pasa su mano libre por detrás de su espalda y coge la mano con la que le agarraba la persona sordociega y le sitúa el dorso de la mano en la puerta. Y caminan lentamente sin ser ya necesaria la posición de paso estrecho, pues la persona guiada estará tras él y mantendrá el contacto con la puerta. El guía ayuda a que agarre el picaporte del otro lado de la puerta y hace una pausa, para que la persona sordociega la cierre.

Siguiendo la idea de facilitar táctilmente el conocimiento de lo que la persona sordociega debe hacer, se le puede indicar que ayude a abrir puertas con muelle. Si no se coloca la mano de la persona sordociega en el lateral de la puerta o en el asidero mientras se atraviesa, se estará cerrando, y el guía no podrá controlarla.

Una vez que el guía ha abierto la puerta, y conforme suelta su mano del agarrador para buscar la de la persona sordociega, puede controlar que la puerta no se cierre situando su pie como tope.

Suelen encontrarse en la entrada a bancos o cajas de ahorros y en algunos edificios públicos. Generalmente suele haber al lado otra puerta que se abre normalmente y, en situaciones en que el guía considere que puede ser muy complicado para la persona, puede utilizarlas o, si es un banco, pedir que las abran.

Antes de atravesar una puerta giratoria, es necesario saber si la persona las conoce y si las ha utilizado alguna vez. A excepción de cuando se guía a niños pequeños, no suelen caber las dos personas en el espacio triangular y, además, caminar. Por ello, hay que indicarle que pase ella primero, colocándole una de sus manos en el frontal y la otra en el lateral para que la deslice por este. Se le avisa que cuando note que hay un hueco, debe salir y quedarse quieto, hasta que llegue el guía en el siguiente movimiento de puerta. Si el guía pasa primero, no puede avisar para que la persona sordociega sepa cuándo puede pasar y lo haga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario