jueves, 2 de agosto de 2012

Técnicas de guía vidente para sordociegos (13)

Barras giratorias de acceso a los vestíbulos del metro
Al igual que en el caso anterior, es conveniente explicar la situación con anterioridad. La persona sordociega debe pasar delante y el guía le ayuda a conocer la situación colocándole una mano en la barra y la otra en el lateral por donde sale el billete. Se le indica que, una vez haya pasado, debe pararse junto al final de la máquina y esperar a que pase el guía. Por el contrario, si este entrara primero y luego la persona sordociega no lograse hacer girar la barra (a veces se atascan), o el billete estuviese cancelado y no pudiera por ello pasar, el guía debería volver a salir para poder resolver la situación, comprar otro si fuese necesario o ayudarle a llegar al acceso de al lado.

Subida y bajada de bordillos y escaleras


Durante la marcha se pueden encontrar bordillos y escaleras que pueden suponer un sobresalto para la persona sordociega si el guía no conoce cómo abordarlos.

La aproximación a cualquier cambio de nivel debe realizarse de frente a este, es decir, en una línea de marcha perpendicular al escalón o al bordillo. El motivo es porque resulta más seguro para la persona sordociega, ya que si se abordase en diagonal y ella llegara antes que el guía, no se produciría la subida o bajada correspondiente del cuerpo de este, que es lo que le avisa, y por lo tanto podría tropezarse o, en el caso de la bajada, caerse.

Subida y bajada de bordillos
Conforme se acercan a un cambio de nivel en el suelo, el guía debe disminuir la velocidad de la marcha y hacer una pequeña pausa justo delante, con el fin de captar la atención de la persona sordociega sobre el entorno. Hay que tener en cuenta que la mayoría de la población a la que un guía-intérprete va a guiar son personas que no van a oír cuándo llegan a un cruce de calles y, por lo tanto, no tienen, por lo general, pistas sensoriales que les permitan deducir la proximidad de un bordillo. Una vez que se ha hecho la breve pausa, el guía sube o baja el bordillo y da un paso, con el fin de que la persona guiada pueda tener espacio para subir o bajar, ya que camina un paso por detrás. Tras bajar (o subir) y dar el paso, hace otra pequeña pausa, que permite notar a la persona sordociega que no hay más escalones. A continuación prosiguen la marcha a un ritmo normal.

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