domingo, 7 de octubre de 2012

Día de la ONCE en Castilla-La Mancha - Sábado 29 de septiembre

DÍA GRANDE DE LA ONCE EN CASTILLA-LA MANCHA.

 El pasado sábado día 29 celebramos con un gran éxito, el día grande de nuestra ONCE en la comunidad.
 
La cosa empezó a las 11 y cuarto con reparto de bocadillos y refrescos.
Luego saludos y felicitaciones de mucha gente por mi premio. El el acto  institucional con entrega de medallas a jubilados y a gente que lleva 25 años trabajando en la entidad; la entrega del premio de relato en braille a otra afiliada de Cuenca, le dieron una báscula de baño parlante.
 
Después hicimos un paseo turístico en bús por la ciudad. El personal del equipo de la Agencia se distribuyó por los distintos autocares para poder hacer de guía turístico a los que vinieron de otras ciudades de la comunidad y todo fue fenomenal. La comida consistió en platos típicos de Cuenca: entrantes de ajo arriero, morteruelo, pastel de jamón con setas, queso frito, luego cordero asado con patatas, tarta y café y vino.
 
Nos acompañaron el delegado de Sanidad y el alcalde de la capital. Tras la comida vino lo mejor: el alcalde me felicitó y me entregó un obsequio que me llenó de emoción, pues no lo esperaba; dijo que está orgulloso de dar ese regalo a una luchadora por los derechos de las personas sordociegas, entre ellos la permanencia del braille; felicitando a mi madre por tener esta hija -que ellos  valoran, claro- pero disimulaba bien.
Mi director de la agencia me hizo de padrino en el acto, lleno de orgullo y emoción, ya que curiosamente, se celebraba el día grande de la entidad en Cuencay ambos premios, el territorial y el europeo recaían en afiliadas de esa agencia. Abrazos, besos y felicitaciones de todísima la cúpula directiva de la ONCE, los compañeros afiliados...,  ¡qué barbaridad!, luego de todo esto sortearon regalos entre todos los asistentes y no nos tocó nada, eso sí, nos han regalado una botella de resoli a cada uno con las casas colgadas en relieve.

 ¡Un día para no olvidarlo jamás!
 
Quiero agradecer, muy especial y efusivamente a la profesora Lucía Guijarro, el inestimable apoyo que me dio desde que empezó hasta que acabó toda la fiesta, pues de forma voluntaria, me estuvo interpretando todo lo que me decían, acompañándome a saludar a la gente, etc. sin recibir absolutamente nada a cambio.
 
¡Esto es ser humanos, esto es altruísmo! Sin ella, este día me hubiera resultado bien distinto.
 
 Espero poder repetir la experiencia y contarla.

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