MI EXPERIENCIA EN SORDOCEGUERA (2)
Totalmente desorientada, sin saber qué giro
dar a mi vida, tuve que irme al pueblo con mis padres. En los primeros dos años
de estancia allí no quería salir de casa, no podía seguir las conversaciones de
forma fluida, me daba mucha vergüenza que me vieran los audífonos, y sólo me
dedicaba a oír la radio o hacer algunas pequeñas cosas en casa.
Pero así no
podía seguir, y un día me planteé lo mismo que EL LUTE: ¡camina, o revienta!
Como el haber reventado supondría otro gran disgusto para mi familia y nada me
iba a solucionar a mí, decidí armarme de valor y tratar de seguir adelante con
mi vida. Al poco tiempo y gracias a la
ONCE, se organizó el primer encuentro de personas sordociegas
de España, al que asistimos 12 personas sin más ayuda para comunicarnos que la
familia nuestra o la de algún compañero que nos ayudó, fue maravilloso porque
allí conocí a personas en mi misma situación y pude aprender el sistema
dactilológic, con el que ya, en la primera CONFERENCIA ESTATAL DE SORDOCIEGOS ESPAÑOLES,
también patrocinada por la ONCE
al año siguiente, pude comunicarme con la mayoría de ellos sin problema.
A partir de ahí, se organizaron convivencias
anuales en distintos puntos del país, conferencias estatales; se creó el
servicio de guías-intérpretes, la
Unidad técnica de sordoceguera, etc. Posteriormente se formó
ASOCIDE que como ya hemos dicho es nuestra asociación de sordociegos en el
país. Anualmente celebra sus Asambleas Ordinaria y Extraordinaria y eso es
también un punto de encuentro, una ocasión ara vernos y cambiar ideas.
Aunque por la malísima situación económica
del país, el bajón de la ONCE
en sus ventas, y las escasísimas ayudas del estado, se han tenido que suspender
las convivencias y conferencias estatales desde hace varios años, algo fatal
para nosotros porque ya no podemos encontrarnos la mayoría. Para estos eventos
se necesitan muchos guías-intérpretes que cuestan muchísimo dinero, se necesitan
ayudas que no llegan...
Estamos más dispersos y distanciados que
nunca. Pero cada uno de nosotros, desde nuestro rinconcito, luchamos
diariamente para que se nos reconozca e integre en la sociedad, para que no se
nos infra, ni sobrevalore, sino que se nos de el lugar que necesitamos ocupar
como personas y como ciudadanos de la Patria. Es duro porque la mayor barrera nuestra
es la comunicación, pero sabemos que si no somos nosotros mismos quienes
salimos adelante, nadie nos va a sacar a la luz.
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