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miércoles, 1 de mayo de 2019

Y llegó el día de RELATOS Y PUNTO


¡Inolvidable, irrepetible, inmejorable...…. desbordante por completo!

¡NO tengo palabras para describir el rato que ha pasado desde las siete de la tarde hasta ahora mismo.

¡Me he sentido como una niña recién nacida, arropada, mimada, querida por muchísima gente, incluso a más de la mitad no he podido abrazarlos y bien que lo he sentido.
MI familia y mis más queridos amigos; el alcalde de mi pueblo, el presidente de la diputación y su equipo, mis compañeros sordos que se han portado de maravilla regalándome una placa con una dedicatoria divina y encima escrita en Braille, ¡no me explico cómo se las han arreglado pero sé que con la total complicidad de la ONCE o de algún brujo o bruja de esa casa! la placa dice: 

Acsoc (ASOCIACIÓN DE SORDOS DE CUENCA) EN AGRADECIMIENTO A TU GRAN TRABAJO.
GRACIAS, AMIGA.
CUENCA, 30 abril 2019.

¡POR FAVOR, COMPAÑEROS, AMIGOS, QUÉ SORPRESÓN ME HABÉIS DADO
¿y LOS DE tPÑEDP? ¡aquí QUE SE ME HAN PRESENTADO MIS QUERIDÍSIMOS AMIGOS, cARLOS jAVIER, PEPA Y MERCEDES! Teniendo unas agendas colmadas de trabajo han priorizado para darme un apoyo incondicional, de amigos, como debe ser.....


Y de la gente de la ONCE EN CUENCA he tenido a quienes quería tener, así, sin más. Javier el director, nos ha dejado a todos con la lágrima fuera, Marisa y lucía, como siempre han hecho, apoyándome como amigas, pero también como braillistas totales.

MIs compañeros invidentes que han sido muchísimos me han arropado sin precedentes, hasta mi Randy, perro guía inigualable, que ha venido también a darme más besos que seguramente a su amo....

MI sobrina debutando como intérprete aunque también, lógicamente he tenido a la intérprete oficial de sordos y sordociegos Lucila, que a ratos también ha interpretado lo que ha sido necesario. pero tengo que decir que mi sobrina, para ser la primera vez que interpreta en un acto público, ha tenido un sobresaliente, no por mí sola sino por todo el que la ha visto.


Mis amigos y vecinos del pueblo han sido numerosísimos, yo creí llevarme siempre bien con todos pero no esperaba tal magnitud de apoyo y cariño..... Hasta de Alicante ha venido a abrazarme una compañera escritora también y ciega de 88 años, increíble, no lo esperaba ni de casualidad.

Se han agotado los libros que diputación llevó ayer a la feria del libro, así pues van a tener que editar más si alguien quiere libros porque ni siquiera muchos de los que hn asistido al acto los han podido conseguir.

De la diputación no he podido recibir más cariño y apoyo, ha sido algo que jamás olvidaré mientras viva, porque incluso el presidente mismo me ha llevado del brazo al salón de la presentación, ¿dónde habéis visto esto?

Y los que no habéis podido venir, estoy segurísima de que desde donde estábais me habéis abrazado y apoyado en espíritu. Así que...… ¡gracias, infinitas gracias a todos!


Y a los Javieres, a los tres, deciros que siempre, siempre os voy a tener en mi corazón, y que lo que yo pueda hacer por vosotros no lo dudéis, digo a los tres Javieres, a saber: Javier Rodríguez mi maquetador, Javier Martínez mi director de agencia y Carlos Javier mi director territorial, pero sobre todo, mis amigos.

domingo, 5 de agosto de 2018

Ayer fue un día lleno de emociones fuertes para mí.



Algunos dirán: ¿y a mí, qué me cuentas? Vale, pero otros tantos convendrán conmigo en que esto no se vive todos los días, y cuando sucede merece ser contado o compartido.

Por una parte, ayer hizo un año que me conectaron mi segundo implante coclear. Y aunque los resultados no van tan deprisa como con el primero, he de seguir dando gracias a Dios, al Doctor Denia y Nadia por
ponerme en las manos del equipo de implantes del hospital madrileño Ramón y Cajal, y a mi hermana que fue la que en ambas ocasiones se tragó todo el marrón del acompañamiento a las pruebas, las noches en el hospital ayudándome, las curas que me las ha hecho ella solita, el rollazo de leerse las instrucciones para poderme explicar el manejo de los aparatos, el sacrificio de quedarse todos en casa mientras yo lo he necesitado...

NO puedo por menos de dar las gracias a todos por haberme posibilitado
el oir mejor.

Y siguiendo con las emociones, ayer disfruté de un día inolvidable de reencuentros con un amigo de mi infancia al que hacía más de cuarenta
años que no veía.

Dicen que los verdaderos amigos son aquellos que están en lo bueno y lo menos bueno, y así es porque este reencuentro se lo debo a otros grandes amigos que, cada uno a su manera, lo han hecho posible. Vicente Parra y Amparo, su mujer, no pararon en
todo un año hasta lograr traer a Jábaga a Suso y su esposa, pues sabían las ganas que yo tenía de verlos y recordar aquellos tiempos tan felices. Y Carlos y Mari Luz, amigos comunes de todos nosotros, nos brindaron su casa, donde comimos, charlamos y reimos durante ocho horas que jamás olvidaré. 

¡Gracias a todos por este regalo tan precioso!

Os quiero.

miércoles, 4 de julio de 2018

Quiero compartiros una hermosa carta recibida hoy por el delegado territorial de la ONCE en Castilla-La Mancha, con quien, además de una relación de afiliada-delegado, nos une otra mucho más honda y estrecha que ya dura alrededor de 30 años. Este hombre, siempre me ha apoyado y ayudado en todo proyecto en que me he metido, jamás me ha negado nada. Os pongo en antecedentes porque fuera de la ONCE no creo que muchos conozcan el motivo de esta carta: cada año, la comisión europea de desarrollo y defensa del sistema Braille, convoca un concurso de redacción o relatos sobre lo que ese sistema representa para los ciegos. YO hace seis años tuve la dicha de ganar el primer premio europeo de redacción en Braille, premio que compartí con otra tocaya mía de Salamanca pero que fue una experiencia que por muchos años que viva no podré olvidar. Pues bien, después de ese premio, han sido varias las veces que me he vuelto a presentar. Primero es la ONCE quien selecciona a cinco de los candidatos que nos presentamos a concurso, y esos cinco pasan a la fase final, en cuyo caso competimos con ciegos de toda Europa y es un jurado europeo quien decide finalmente a quién premian o rechazan. Este año he vuelto a ser seleccionada por la ONCE junto a cuatro compañeros más. Primero fue mi director de Agencia, Javier Martínez Eslava, otro gran amigo mío también desde hace años y que al igual que Carlos Javier no deja de estar pendiente de mí un minuto, quien me comunicó la noticia por whatssap. Con una alegría inmensa que le salía por todos los poros de su piel y se le notaba sincera. NO habían pasado dos minutos, cuando Lucía, nuestra profesora de la Agencia, y persona también
entrañable para mí, me mandó otro whatssap para leerme incluso los nombres de los seleccionados. ¡Otra gran defensora del Braille, Lucía, que no cabía en sí de gozo al darme la noticia! Y esta mañana, como os digo recibo la carta que os pego a continuación para compartirla con todos vosotros y que veáis cómo el mejor premio que uno se puede levar, es sentirse querida y valorada. Ahí va.

¡Enhorabuena a esa luchadora del braille!
¡Apreciada María Jesús!:
Una vez que se ha publicado la nota con las obras seleccionadas para representar a nuestro país en el concurso internacional
sobre el sistema braille, me he llevado la gratísima sorpresa de que apareces tú, y no he podido reprimir el impulso de escribirte unas líneas.
En primer lugar, para trasmitirte mi más sincera felicitación, pues a parte de cómo escribes de bien, se nota que las palabras
brotan de ese peazo corazón que llevas contigo. Pero sin duda, tenemos que sumar tu empeño y lucha por defender a esos seis puntitos que nos aproximan
a la Cultura de verdad.
Por otra parte, quisiera darte las gracias por ser una guerrillera del Braille. Necesitamos afiliados que peleen las cosas
desde el compromiso y la lealtad a la ONVCE, que sin duda tiene una apuesta firme por este sistema de lectoescritura, pues no sólo se ha dinamizado con
un método didáctico innovador para los más pequeños, sino que se va a realizar uno similar para adultos, se van a renovar todos los sitemas de transcripción
e impresión y se siguen sumando títulos en braille a la Biblioteca.
En fin, que sólo quería eso, darte las gracias y felicitarte por encontrarte entre las cinco representantes de nuestro país
en el certamen internacional, ya sólo por ello, se ve recompensado el esfuerzo y la lucha.
Recibe un gran ciberbeso y a ver cuándo lo canjeamos por uno algo menos virtual:
Carlos Javier Hernández Yebra
Delegado Territorial
bien. Pues quiero públicamente dar las gracias a la ONCE por cuanto me ha dado: estudios en su colegio de Alicante con unos maestros inigualables. Profesionales en materia de sordo-ceguera que me han enseñado muchas cosas entre ellas informática y que me han hecho pasar momentos inolvidables. Instructores en tecnologías, como mi gran amiga Mercedes Rojas, Eugenio Romero o Luis Muñoz, gracias a los cuales ahora puedo manejar el ordenador, el iPhone y la línea braille. Vacaciones o convivencias pagadas; premios por mis relatos a nivel territorial que también me los he llevado en 2 o 3 ocasiones; una estancia en un piso tutelado con 4 sordociegos más durante tres meses donde lo pasamos genial y vivimos una vida que se aproximaba a la "normal", ya que hacíamos las tareas de casa, salíamos a distintos sitios como todo el mundo hace.... siempre apoyados por personal perfectamente preparado.... Todo esto, y muchas cosas más que seguro se me escapan, me lo ha dado la ONCE sin pedirme nada a cambio salvo mi lealtad a la Entidad. ¡Gracias a los compañeros y compañeras que cada día han pasado frío y calor, estrés y angustias, vendiendo el cupón para que yo pudiera beneficiarme de todo esto... Gracias a la dirección territo
rial de Toledo y al consejo territorial por apoyarme. Y gracias infinitas a mi director de agencia, a Lucía la profesora, a Marisa, nuestra trabajadora social, a Pilar la otra profesora de la agencia de Cuenca: ¡espero poder seguir contando con todos vosotros siempre!

viernes, 1 de septiembre de 2017

VUELTA AL MUNDO DE LOS SONIDOS: SEGUNDA PARTE.

Hoy 20 de Agosto y al resguardo de estos calores excesivos que nos acompañan todo el verano, me dispongo a despejar la incógnita que dejé en el reportaje anterior: LLEGÓ EL GRAN DÍA Y SE ME IMPLANTÓ EL COCLEAR EN EL OÍDO DERECHO! Se cumplió mi sueño.


El 6 de Abril de este año, yo acudí a la consulta del doctor Polo a una más de las revisiones que conllevaba la primera intervención. Me acompañaba Rosa Tejado, una de las mejores guías-intérpretes con que cuenta ASOCIDE. También tenía que verme Auxi, la logopeda. En las pruebas que ella me hizo las dos nos desplomamos al notar cómo el implante del oído izquierdo había ganado todo el terreno al audífono del derecho. Ella, discretamente, me dejó caer una frase que me puso en alerta: ¿No querías implantarte del derecho? Yo no supe qué decir y ella, siguiendo con su diplomacia me dijo que el doctor me diría…. ¡Y vaya si me dijo! Al otorrino Polo le gustan las sorpresas, no sé si tanto darlas como recibirlas, el caso es que nada más entrar a su consulta me preguntó si quería operarme del derecho. YO no pensaba que iba a ser tan rápido ni tan fácil y me pilló totalmente en blanco como así se lo dije, pero este hombre es la fuerza  y el ánimo personificados. Entre él y la intérprete que no dejaba de tirarme de la mano para que decidiera, me plantaron el papel de consentimiento delante y casi sin respirar firmé. Lo que más me preocupaba en esta ocasión era que no había contado con mi familia y mi hermana era la que tenía ahí la peor parte porque fue ella quien se comió las dos intervenciones mías. NO quería fastidiarles las vacaciones, pensaba que igual no les apetecía que se hiciera tan pronto… Pero mi sorpresa fue cuando al comunicárselo a todos aplaudieron la idea y aún me animaron más. Rosa y mi hermana me acompañaron al preoperatorio. Y el día 4 de Julio se llevó a cabo la intervención sobre las ocho y
media de la mañana. Eché de menos a mis padres, que por su avanzada edad y circunstancias de salud no podían acompañarme, aunque gracias a las nuevas tecnologías siguieron todo el proceso con la ayuda del gran Óscar, hijo de una de mis primas que les enseñaba las fotos enviadas por mi hermana a través del whatsap. ¡Gracias, Óscar, lo hiciste estupendo!

Esta vez ha sido algo diferente, matices que quizá para los lectores no tengan importancia pero se han dado: Primero, el corte o rasurado del cabello fue mayor y a mí me desagradó mucho ver tanto trozo pelado. Ya casi no se nota pero en principio no me gustaba. Luego al tenerme que quitar el implante izquierdo para poder ponerme el apósito, pasé un día incomunicada totalmente, algo que me aterra de verdad ya que me sumo en la más completa noche al no ver nada ni oir. MI hermana debió aburrirse de lo lindo todo el día sin hablar con nadie porque conmigo hablaba lo justo con el dactilológico, pero solo lo justo, primero porque yo no tenía gana de hablar, contrariamente a lo que me pasó la
vez anterior que estaba perfectamente. Y segundo porque a ella se le hace muy pesado emplear el dactilológico, pues por la falta de práctica no coge agilidad en los dedos.
La habitación también era algo distinta, esta vez no hubo sofá, sino un sillón normal donde ella tuvo que pasar la noche sin apenas poder descansar. Eso sí: un silencio, una tranquilidad, una limpieza que daba gusto.

La intervención y reanimación también duró más que la primera, algo así como cinco horas; ¿la razón? El doctor Polo dice con ironía que fue porque yo no quería despertarme y la reanimación costaba un poco. Lo cierto es que tuve muy pocos dolores pero también los mareos o vértigos fueron más fuertes y duraderos que la otra vez.

La visita de nuestra prima Ana Belén y de Víctor, su marido, nos alegraron un poco ese día aburrido y mi prima –que sí tiene mucha agilidad con el dactilológico- hablaba conmigo aunque yo no acababa de espabilarme. NO tuve problema alguno con la anestesia, no, eso era un sueño tonto, parecía que tuviera retraso o falta de sueño porque en los días sucesivos también pasaba mucho tiempo durmiendo. Al día siguiente de la intervención se me dio el alta. Y a los diez días me quitaron los 17 puntos que me habían dado, sin un solo dolor y ya casi sin mareos. Los doctores se asombraron de lo bien que me estaba cicatrizando la herida y todos estábamos muy contentos de haber tomado la decisión.

El 4 de este mes me conectaron el aparato externo al interno y la sensación no fue tan placentera como la vez anterior, no puedo decir porqué, pero la voz de Auxi que fue la primera que oí no me gustó nada. Entiendo a algunas personas, sí, pero algo más me está costando que la primera vez. Ahora estoy en periodo de adaptación, ella me lo tiene que ir regulando y todos esperamos con ilusión sacarle todavía más provecho que al primero ya que mi pérdida auditiva por el lado derecho es menor y la memoria más reciente.

  NO puedo, no quiero terminar este relato sin dar las gracias más sinceras a todo el equipo médico que ha hecho posible estos dos milagros: desde los doctores (los mismos que la vez anterior), pasando por la logopeda, hasta enfermeras/os de quirófano y de planta que se han portado maravillosamente.

Pero también y sobre todo, gracias a ti, hermana, por estar ahí, por pasar malos ratos conmigo, por la paciencia que has tenido de no dejarme sola un momento.

Gracias a mi cuñado Alejandro, y a mis dos tesoros más preciados: mis sobrinos SANDRA Y ÁLVARO que habéis hecho de enfermeros, de logopedas, y me habéis animado en todo momento para decidir qué hacer con mi audición. En estos casos, no solo la intervención y la logopedia son fundamentales para sacar el máximo provecho al implante; la familia, el entorno es algo crucial ya que si ellos no nos hablan ni tienen paciencia para soportar esta situación de tenernos que repetir las cosas constantemente, el implante no vale la pena.

Gracias también a Rosa Tejado, guía-intérprete, compañera de caminos y amiga. Por su fuerza y constancia para todo lo que me ha hecho falta.

Gracias a Nadia y al doctor Alfonso Denia por su paciencia y apoyo, por sus consejos acertados que aunque en su día desdeñé ahora agradezco profundamente porque espero con ilusión llegar a oir y entender al menos al ochenta por cien como con el izquierdo, y si puede ser, algo más.


Esta ha sido la crónica del milagro. La vuelta al mundo de los sonidos que ahora es todavía más real.

jueves, 5 de enero de 2017

Homenaje a Luis Braille

Hoy día 4 de Enero es un día súper importante para los ciegos que todavía usamos el sistema Braille. Su inventor y padre nació tal día como hoy hace ya dos siglos. Quiero pues rendirle a Louis Braille mi más sincero tributo porque sin él, yo sería ahora mismo analfabeta a mis 53 años.

“La alfabetización Braille cambia mi estilo de vida”

Hasta mis nueve años, yo era totalmente analfabeta; asistía con los niños videntes a la escuela de mi pueblo, pero no tenía ni idea de lo que era leer o escribir, porque yo era ciega y no podía hacerlo como ellos.

Mis compañeros me leían las lecciones y yo las aprendía de memoria para luego recitárselas a la maestra, sin apenas saber qué era lo que realmente le decía.

Cuando se trataba de hacer un dictado, los otros niños podían hacerlo escribiendo en sus cuadernos y borrando los errores que pudieran tener. Yo, en cambio, me veía sujeta a un interrogatorio por parte de mi profesora para descubrirle oralmente las faltas de ortografía que, de haber podido escribir con mi puño y letra, hubiera cometido en dicho dictado, sin tener opción de rectificar nada, sin poder borrar ningún error, porque nada había escrito...

¡Eso no era ir a la escuela!, me aburría terriblemente mientras los demás escribían o dibujaban. Envidiaba poder hacerlo como ellos y algunas veces mi madre me daba una cartera en la que guardaba un lapicero, un sacapuntas, una goma de borrar que no me servía de nada porque no veía lo que borraba... y algunas hojas de papel.

Pero jamás fui capaz de hacer una letra, lo más que lograba era llenar esa hoja de garabatos y “rayujos”, como les llamaban mis compañeros a mis pobres escritos. Otras veces, le arrebataba a alguna niña su libro de lecturas y yo me inventaba cualquier cuento, que ya antes había oído a mi abuela o a alguna vecina, simulando leerlo en ese libro. ¡Pero no, no me sentía bien, aquello no podía durar mucho tiempo, porque yo no le veía gracia alguna!

Mi primer contacto con el sistema Braille me causó una tremenda confusión. Inesperadamente, un día mis padres me hicieron tocar con los dedos “un cartón que, por el anverso, estaba lleno de agujeros y, por el reverso, de una especie de granitos” o “pinchos!.

Lo que no recuerdo es cómo ni por qué cauce llegó a sus manos. Sólo me dijeron que “ese papel era lo que usaban los ciegos para leer”. Como no me había inscrito todavía en ningún centro especializado para ciegos y mis padres no me supieron decir qué significaba aquel cartón agujereado, a mí sólo se me ocurrió coger un alfiler de cabecilla y un papel grueso y pinchar y pinchar, tratando de hacer una réplica o simulacro de aquello. Pero no, eso no era igual que lo que me enseñaron mis padres en otro momento. Por más cuidado que ponía en ello, nunca lograba formar más letras que la A, las demás nunca tenían la misma forma que las del cartón.

Pasados unos meses, ya pude ir a un colegio de niñas ciegas de Valencia y allí fue donde me dijeron que aquél cartón con agujeritos y granos sería, desde ese momento, el alfabeto con las letras del sistema Braille, un alfabeto diseñado para nosotros, los ciegos, y por el que yo tendría acceso a la lectoescritura y, por lo tanto, a mi formación y cultura.

Aquella salida del analfabetismo me hizo comprender desde entonces que ya sería igual que el resto de niños con los que antes fui a la escuela, que ya podría escribir y leer como los videntes, solo que con otras técnicas y con otro sistema distinto al suyo. Ahora ya no me aburriría en la clase, porque ya tenía un método para escribir y leer las mismas lecciones que leían los demás niños. Me entusiasmó sobremanera este nuevo reto.

Primero con pauta y punzón (pizarra y lezna llamaban entonces los de mi pueblo a estos instrumentos), luego con máquina Perkins y ahora con ordenador, he ido dominando este sistema hasta llegar casi a la perfección. He sido instructora de Braille en la Agencia de la ONCE de Cuenca y posteriormente me dediqué, durante una corta temporada, a transcribir libros deteriorados y pasarlos a limpio para la entonces Biblioteca Central Braille de la Entidad en
Madrid.
            
Actualmente puedo decir que el sistema de lectoescritura Braille es lo básico, lo esencial en mi vida cotidiana, y que me acompaña las 24 horas del día. Sin el maravilloso invento de Louis Braille, yo no habría sido nada ni nadie en esta vida.

Puedo saber la hora en mi reloj, porque su esfera está marcada en Braille; la temperatura ambiente o de mi cuerpo con el termómetro, la del horno de la cocina... Tengo acceso al ordenador gracias a la línea Braille de mi Braillelite..., todos los instrumentos antes mencionados están marcados con el sistema Braille. También tengo libros de texto que me amenizan los muchos ratos de ocio y de soledad... Puedo hacer cálculos matemáticos con una caja de aritmética, que tiene una especie de fichas y éstas, a su vez, llevan por una cara los números de los videntes del 1 al 0 y los signos de cálculo matemático y, por la otra cara, llevan dichos números en sistema Braille.

Debido a mi dificultad para comunicarme con los demás en sitios ruidosos, he adquirido también unas placas con el alfabeto Braille y, así, puedo entenderme con cualquiera que sepa leer y escribir, cogiéndome el dedo índice y señalándome las letras del mensaje que quieren transmitirme y que mi oído no capta en ese momento. Las tarjetas para pedir ayuda en la vía pública están también señalizadas con este sistema, para que yo sepa en cada momento qué tipo de
ayuda puedo pedir levantando esa tarjeta a la altura de mi hombro. Puede ser ayuda para cruzar una calle, para que me acompañen a la parada de autobús más cercana, para preguntar dónde estoy ubicada en ese momento... Todas y cada una de las tarjetas incluyen el mensaje de petición en tinta y en Braille.


Mi baraja, mi parchís, las cartas del tarot me permiten jugar con los videntes con sólo tocar los números en Braille, cosa que ha causado admiración y a veces desconcierto entre los jugadores con visión perfecta, pues no se explicaban cómo, de vez en cuándo, podía hacerles alguna trampilla en el juego sin que se dieran cuenta.

Debo decir que, además de ser ciega, soy también sorda parcial y no me es posible manejar los aparatos mediante el sintetizador de voz, por lo que el sistema Braille es de todo punto mi única salida al mundo exterior y casi mi único contacto con la sociedad. Mi vida, pues, gira en torno a este sistema.

¡Bendito sea Louis Braille por habernos salvado a muchos del aislamiento total o parcial causado por unas limitaciones tan serias como la ceguera y la sordoceguera.


Fdo.: María Jesús Cañamares Muñoz.




jueves, 31 de marzo de 2016

LA SORDERA NO ES EXCUSA

Hola, mi gente: sé que os tengo un tanto abandonados, pero no me voy a excusar; porque mi ausencia se debe en parte a mi sordera, en  la que he retrocedido (o adelantado, según se mire) mucho. Pero como digo, la sordera no es excusa para cumplir con mis obligaciones, y una de ellas es trabajar este blog del que se encarga Javi más que yo.
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Os cuento así resumido, que ya me he hecho el implante coclear. Después de pensármelo muchísimo y pasar todo el miedo y la incertidumbre que os podáis imaginar, el 16 de Octubre fui operada por un equipo de otorrinos altísimamente cualificados. En el hospital Ramón y Cajal de Madrid, a las 12 de la mañana, se me colocó el aparato interno, y al día siguiente me dieron el alta.

Mi familia estuvo en todo momento a mi lado, mis amigos desde la distancia, me animaron hasta la saciedad, afirmando alguno que “ellos sabían que iba a salir todo redondo” como así ha sido.

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Yo  no lo tenía tan claro pero sabía que era el último recurso para no quedarme sorda completamente. Como os digo, me dieron el alta al día siguiente de operarme, a la semana, me quitaron todos los puntos y me dejaron el oído izquierdo –el implantado- incomunicado, lo pasé mal porque con mi audífono derecho no alcanzaba apenas a entender a la gente pero no había otra que aguantar un mes hasta que pudieran conectarme el implante, ya que la parte interna, que consta de 24 cablecitos o electrodos, se comunica con la externa por un imán.

Al mes de operada fue el gran día y el gran momento: ni de casualidad esperaba nadie que desde el primer instante pudiera yo entender ni palabra; nos equivocamos. La logopeda me empezó a hablar y yo repetía lo que ella decía, eso sí, fallaba mucho pero entendía también mucho más de lo normal. 

La emoción nos embargó a mí, a la logopeda y a mi hermana quien en todo momento ha estado a mi lado, y a la que desde aquí quiero agradecer su inestimable ayuda, su desvelo en el hospital conmigo, sus viajes acompañándome a todas partes dejando su trabajo y su casa por venir conmigo. Sin el apoyo de mi familia, el implante no habría llegado a mi cabeza.

Resultado de imagen de TRABAJO LOGOPEDAPues como iba diciendo, al ver que las entendía, mi hermana y la logopeda no sabían dónde poner los ojos, aquella experiencia jamás la olvidaremos ninguna de las tres, supongo. 

Cuando llegué a su casa, mis sobrinos y cuñado, como cosa nueva, dejaron sus estudios  o sus descansos dedicándome muchísimas horas a hablar conmigo, a pesar de que a mi sobrina, a mis padres y a mi cuñado no los entendía apenas. 

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Desde siempre a quien mejor entiendo es a mi hermana y sobrino pero no será porque los demás no se esforzaron mucho, dando como fruto el que ahora mismo ya entiendo a prácticamente toda la familia, y lo mejor es que oigo sonidos que hace medio año era impensable oírlos. Por ejemplo disfruto como loca del canto de los pájaros, oigo el tictac del reloj, etc.

Quiero compartirlo con todos vosotros, mis queridos seguidores, mi querida familia biológica y virtual; quiero agradeceros a todos vuestra constancia y tesón por animarme, y ahora soy yo quien animo a todos los que padezcan hipoacusia, a que se sometan a esta maravilla maravillosa porque nada tienen que perder y quizá mucho que ganar.


A todo el equipo médico que me operó; a mi otorrino de toda la vida Dr. Alfonso de Denia, a Nadia su enfermera, a toda mi familia y amigos: ¡GRACIAS INFINITAS!