lunes, 31 de octubre de 2011

Una poesía dedicada a la peseta

Llanto por la peseta.

El alma tengo sangrando, las lágrimas mis ojos bañan;
lloro por nuestra peseta que la destierran de España.
Fue el móvil de los secuestros, motivo de ostentación,
la codicia del avaro y del pobre, la ilusión.
En el mercado del juego siempre suscitó pasión;
a unos los llevó a la holganza y a otros a la perdición.
Se tornó de mil maneras nuestra querida peseta:
fue cobriza, de papel, blanca, rubia, ¡qué coqueta!
Por mantener su valor luchó como una heroína:
frente al marco, contra el dólar, contra la libra esterlina.....
Después de tantos esfuerzos para ocupar su lugar,
ahora viene un intruso y se lo quiere quitar.
En las bolsas europeas ha entrado como un ciclón,
los políticos afirman que el euro traerá la unión.
No se engañen, Señorías, sin justicia no hay unión:
el pobre es el del centavo y el rico es el del millón.
ya camina la peseta al lugar de su destierro,
¿y dónde la llevarán?: ¡al baúl de los recuerdos!
el alma tengo sangrando, las lágrimas mis ojos bañan;
lloro por nuestra peseta, que la destierran de España.  
 Autor: María Jesús Cañamares.

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