El acceso de los sordociegos a la información y
tecnologías depende del grado de visión o de audición que conservemos, o
también de si carecemos de ambos sentidos. Dependiendo de las características
de cada grupo de sordociegos, los restos sensoriales serán determinantes. Por
ejemplo, en sordociegos congénitos el acceso a la información es muy limitado.
No hay un código de comunicación que se adquiera de manera natural, como el
lenguaje oral en los nacidos ciegos, o el lenguaje de signos en los nacidos
sordos.
Al estar ambos canales sensoriales afectados para
recibir información y para que el cerebro la procese con claridad desde los
primeros momentos de la vida, todo el grueso de la educación y la instrucción
va dirigido a la adquisición de un sistema de comunicación eficaz que les
permita entender el mundo que les rodea y comunicarse con los demás. Las ayudas
técnicas utilizables en estas etapas serán las dirigidas a apoyar el desarrollo
de los restos sensoriales que puedan facilitar el aprendizaje de ese sistema de
comunicación.
Podemos potenciar este aprendizaje y reforzar la
adquisición de conceptos a través del uso del ordenador, con la utilización de
programas educativos que cumplan estos fines con las adaptaciones pertinentes,
fundamentalmente, además, dirigidos a reforzar el aprendizaje a través de los
restos auditivos, visuales o ambos que el niño pudiera tener.
Los adultos, podrán
ser usuarios de ayudas técnicas más especializadas si se ha conseguido
superar esa fase, si tuvo una intervención temprana y adecuada, y si se le ha
dotado de un código de comunicación que le permita interpretar la información.
Las Personas sordociegas con deficiencia auditiva
congénita y pérdida de visión adquirida durante el transcurso de la vida
Dependiendo del nivel de adquisición o conocimiento de
las estructuras gramaticales de la lengua oral tendrán mayor o menor dificultad
para comprender mensajes escritos. Es conveniente en algunos casos, una
instrucción específica en el área del lenguaje y de vocabulario contextual que
garantice en mayor medida la comprensión de los mensajes y posibilite el
enriquecimiento que la información les pueda dará través de la tecnología.
Quienes nacieron
sordos o que perdieron el oído a una edad tan temprana que no les
permitió adquirir el lenguaje oral de
una forma natural, se comunican en la lengua de signos, teniendo, por tanto,
dificultades, en mayor o menor medida, de comprensión de las estructuras
gramaticales de la lengua oral a través de la lectoescritura. No pueden acceder
a la información por el canal auditivo. La falta total de audición o la
existencia de restos auditivos aprovechables es mayoritaria en este grupo,
compuesto fundamentalmente por afectados por el síndrome de Usher, siendo mayoritario
además el grupo de los que nacen sordos y van perdiendo posterior y
progresivamente la vista por retinosis pigmentaria (Tipo I; v. capítulo 3).
Podrán,
pues, acceder a la información salvando estas dos barreras: la del lenguaje y la de los problemas
visuales, utilizando, por tanto, dispositivos de ayuda que faciliten la
accesibilidad a través de adaptaciones que permitan salvar alguna de estas dos
barreras
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