miércoles, 18 de diciembre de 2024

María Jesús Cañamares y Miguel Nombela, ganadores del IX Concurso de Relatos Cortos de la Asociación de Hipoacúsicos de Huesca

 Con cerca de 200 relatos recibidos, el certamen reconoce la excelencia literaria de participantes de todo el país

María Jesús Cañamares Muñoz, con su obra El eco del amor, ha sido

galardonada con el primer premio en la Modalidad A del IX Concurso de Relatos Cortos "Asociación de Hipoacúsicos de Huesca", mientras que Miguel Nombela Blázquez se ha llevado el primer premio en la Modalidad B con su relato El lector. En esta modalidad, el segundo premio ha recaído en Alexis López Vidal por A las puertas de nadie.

El certamen, que ha recibido cerca de 200 relatos de gran calidad, ha destacado la excelencia literaria de los participantes, muchos de los cuales tienen notables trayectorias en el mundo de las letras. A pesar del nivel de las obras presentadas, el jurado ha logrado un acuerdo unánime sobre las obras premiadas, que reflejan tanto la destreza narrativa como la profundidad de los temas tratados.

Organizado por la Asociación de Hipoacúsicos de Huesca, el concurso tiene como principal objetivo promover la creatividad literaria y, al mismo tiempo, resaltar la importancia del acceso a la lectoescritura para toda la población, especialmente para las personas sordas. En este sentido, el certamen destaca el papel de las nuevas tecnologías, que permiten a las personas con discapacidad auditiva acceder a la comunicación y la información a través de la lengua oral.

Este concurso se divide en dos modalidades. La Modalidad A está dirigida a personas con discapacidad auditiva, quienes deben acreditar su condición con un certificado oficial. En la Modalidad B pueden participar todas las personas residentes en España mayores de 16 años, sin importar su condición auditiva.

En cuanto a los premios, en la Modalidad A el primer premio, dotado con 700 euros, ha sido otorgado a María Jesús Cañamares Muñoz por su obra El eco del amor. En la Modalidad B, el primer premio, también dotado con 700 euros, ha recaído en Miguel Nombela Blázquez por su relato El lectormientras que el segundo premio, de 200 euros, ha sido para Alexis López Vidal por A las puertas de nadie.

El jurado de esta edición, compuesto por Antonio Viñuales EscarñánTeresa Corchete SánchezJavier Sánchez BlascoMarta Bosque Mora y Héctor José Campo Nogués, ha presidido la deliberación bajo la dirección de Sonia Zamora Marquina, presidenta de la entidad organizadora. La secretaria del jurado ha sido María Ángeles López García.

Los relatos finalistas de esta edición han sido Cien años de magia de José Guadalajara Medina, Presas entre cuerdas de Jorge Juan Codina Ripoll, Los golpes de la vida de Olga Gallardo Quesada y El plantador de sucesos de César de las Eras Cobas.

María Jesús Cañamares Muñoz, licenciada en Escritura Creativa y persona sordociega, es originaria de Jábaga (Cuenca) y ha sido reconocida por la emotividad y profundidad de su relato. Por su parte, Miguel Nombela Blázquez, de Toledo, ha sido premiado por su habilidad para crear suspense y jugar con la estructura narrativa en El lector.

Alexis López Vidal, de Valencia, ha destacado por su estilo verista y lírico, así como por la crítica social que subyace en su relato A las puertas de nadie.

El IX Concurso de Relatos Cortos de la Asociación de Hipoacúsicos de Huesca continúa siendo una plataforma importante para dar visibilidad a los escritores con discapacidad auditiva y promover la inclusión cultural mediante el acceso a la lectoescritura y las nuevas tecnologías, cuyo fin es destacar la importancia del acceso a la lectoescritura de toda la población, y en especial de las personas sordas, que apoyados por las nuevas tecnologías, acceden a la comunicación e información a través de la lengua oral.

Enlace de la noticia en El diario de Huesca



miércoles, 13 de noviembre de 2024

El día a día de una luchadora sordociega de Cuenca que nunca deja de aprender

María Jesús Cañamares vive en su pueblo, Jábaga, con su madre. Allí da paseos, lee, escribe, escucha la radio y continúa su aprendizaje, algo que ha marcado su vida de superación.

Entrevista de la Cadena Ser, día 12 de Noviembre de 2024


Cuenca-Faltan unos minutos aún para las cinco de una tarde de otoño en la que ya se nota la bajada de temperaturas del mes de noviembre. Hace sol y Carmen y su hija María Jesús Cañamares (Jábaga, Cuenca, 1963) aprovechan para pasear por las calles de su pueblo, Jábaga, a poco más de diez kilómetros de Cuenca capital. “De lunes a viernes paseamos juntas porque los fines de semana me voy a andar con mis amigas y hacemos paseos más largos”, dice María Jesús.

Nos sumamos a ese paseo por la calle de San Roque, muy cerca de su domicilio, “que llega hasta el colegio de los niños y el camino de Chillarón”, dice Carmen, y charlamos con ellas sobre la vida de superación de María Jesús, nacida ciega en este pueblecito.

“Mi madre lo ha supuesto todo para mí, ha sido bastante protectora, no ha querido separarse de mí y cuando me llevaron al primer colegio con 9 años, a las dos nos costó mucho la separación”, cuenca María Jesús. “Ahora es mi compañía, mi guía, mi protectora. Es mi madre”.

Sordociega

Además de ser ciega de nacimiento, a María Jesús, a los 11 años, cuando ya estudiaba en un centro especial para niñas invidentes que gestionaban las monjas Franciscanas en Valencia, un fallido tratamiento con antibióticos para una gripe dañó su nervio auditivo y la dejó sorda. Desde entonces su vida ha sido una constante superación. La vista no la ha recuperado, pero el oído sí, gracias a los audífonos primero y a los implantes cocleares ahora.

“Es algo que no podré olvidar. Fue un trauma”, recuerda. “Mi vida cambió muchísimo, no pude seguir los estudios en Valencia y pasé a otro colegio de la ONCE en Alicante. No había intérpretes, no había mediadores, nada, pero los profesores se volcaron y con sus herramientas y su vocación pude seguir los cursos hasta octavo”.

“Como la vista nunca supo lo que era, la ceguera no lo ha llevado tan mal como perder el oído”, apunta su madre, “que le sobrevino ya con otra edad, se daba más cuenta. Es el palo más grande que le han podido dar”.

La ONCE

“La ONCE me lo ha dado todo”, destaca María Jesús, “desde la educación en sus colegios a la Fundación de Personas Sordociegas que gestiona todos los recursos, humanos y técnicos para hacernos la vida más independiente”.

Tras salir del colegio de Alicante a los 18 años, María Jesús volvió a Jábaga con su familia. “Mi madre no quería que vendiera cupones”, dice. Ese tiempo lo aprovechó para seguir leyendo en braille. Incluso la ONCE le ofreció un trabajo como monitora de braille en la agencia de Cuenca durante tres años. “Después estuve copiando libros de braille viejo a brille nuevo, pasé varios años en un piso tutelado en Madrid donde aprendí el uso de internet”, relata.

El día a día

El día a día actual de María Jesús es acompañar a su madre en un centro de día de Cuenca donde pasa la mañana y las primeras horas de la tarde. “La acompaño para no quedarme sola en casa y así estamos juntas aunque yo allí me aburro”, dice. “Al menos tengo la lectura”. “Se le van a gastar los dedos de tanto leer”, matiza su madre.

Leer y escribir

A María Jesús le gusta leer sobre todo novela romántica, teatro. Cuando nos encontramos con ella dice que está leyendo Retrato en sepia de Isabel Allende.

Además, le gusta escribir. Ha ganado varios concursos de relatos convocados por el Consejo Territorial de la ONCE en Castilla-La Mancha y dos veces el Concurso Europeo de Redacción sobre Braille. Y el más reciente: el segundo premio del VIII Concurso de Relatos cortos de la Asociación de Hipoacúsicos de Huesca. También tiene publicado el libro Relatos y punto que editó la Diputación Provincial de Cuenca.

Y le gusta escuchar la radio, “os escuché en el programa especial que hicisteis aquí en Jábaga”, nos dice, y la música, “sobre todo las baladas de Camilo Sesto y de los grupos de mi época como Los Puntos, Los Brincos o Fórmula V”. 

https://cadenaser.com/castillalamancha/2024/11/12/el-dia-a-dia-de-una-luchadora-sordociega-de-cuenca-que-nunca-deja-de-aprender-ser-cuenca/